Lo que el voley nos dejó (Capítulo I)
18 abril, 2011 1 comentario
Por: Agustín Casa
A mediados de 2010 nació un plan deportivo diferente a los demás. La Secretaria de Deportes de la Provincia de Buenos Aires lanzó un proyecto social-deportivo profesional con el fin de promocionar la práctica del voley. Algo similar a lo que ocurre en provincias como Formosa y San Juan. En este caso, el gobierno bonaerense mimó una vez más a la ciudad de Mar del Plata y le otorgó el privilegio de disfrutar voleibol de primer nivel.
El equipo se formó a partir de un cuerpo técnico muy capaz y con jugadores experimentados, estrellas extranjeras y jóvenes talentos con un futuro enorme. El capitán Marcos Milinkovic fue el abanderado de un grupo compacto, dirigido por Waldo Kantor -reconocido por la Federación Internacional de Voleibol como uno de los mejores 25 jugadores en la historia de este deporte-. En la misma línea aparecen intérpretes internacionales de la talla de Ihosvany Hernández -fue capitán siete años del seleccionado cubano, el cual integró durante más de una década- y el brasileño André Radtke, ambos centrales con un imponente bloqueo. Sebastián Firpo -el creador de juego desde el armado-, Martín Meana – apellido que a esta altura es sinónimo de líbero-, Guillermo García y Gastón Giani -puntas-receptores- completaron la destacadísima formación titular.
También fue interesante la participación de jóvenes de la zona como el marplatense Tomás Layús y los vidalenses Rodrigo Ronda y Valentín Forastiero, para unir lazos rápidamente entre los ciudadanos y el conjunto «Naranja y negro». Otros jóvenes valores fueron Enrique Laneri -el más grande entre los suplentes-, Juan Ignacio Finoli y Bruno Vinti. Todos, a su manera, aportaron lo suyo para cerrar positivamente la primera campaña del equipo en la primera división.
El Coloso de Parque Luro -estadio del Club Atlético Once Unidos- se convirtió en el coqueto escenario utilizado por el equipo para hacer las veces de local. Con entrada libre y gratuita durante toda la competencia, el público pudo formar parte del proyecto. Poco a poco, las gradas tomaron más color. El naranja y el negro empezaron a predominar en el paisaje. Y a cada encuentro se fueron sumando nuevos espectadores que se transformaron en hinchas. A tal punto, que en el último choque -caída 3-2 ante Bolívar- cerca de dos mil personas colmaron el estadio.
La exigente temporada comenzó, al menos para Buenos Aires Unidos -antes los cuatro mejores de la temporada anterior disputaron la Copa Master-, con la Copa ACLAV. El conjunto dirigido por Waldo Kantor pasó caminando la fase regular, que compartía con Gigantes del Sur y Chubut Volley. Sólo cedió un set ante los chubutenses. En el cuadrangular final, celebrado en la localidad bonaerense de San Fernando, cayó 3-1 frente a La Unión de Formosa y superó por el mismo marcador a UPCN de San Juan, para finalizar en el tercer lugar, en su primera participación oficial.
Luego, la atención se centró en la liga. Buenos Aires Unidos realizó un papel muy sólido durante la primera parte del certamen, forjado con aquél importantísimo debut y triunfo 3-2 en la casa del campeón. El peso específico de sus figuras formó un duro escollo para los adversarios. Tal fue así que, el equipo impulsado por la Secretaría de Deportes provincial encaró el receso -por fechas festivas- invicto con nueves triunfos en igual cantidad de presentaciones.
Al regreso a la actividad, el conjunto marplatense afrontó cuatro partidos de visitante. Mostró gran actitud para ganar en tres canchas complicadas – los tres en tie break- contra Instituto Dr. Carlos Pellegrini de Tucumán, UPCN de San Juan y Sarmiento Santana Textiles de Chaco. Y perdió uno, ante La Unión de Formosa –el gran verdugo- en sets corridos. En ese momento los sanjuaninos fueron más contundentes y se cortaron en la punta. Más aún, con la sorpresiva derrota de Buenos Aires Unidos, en su casa, 1-3 frente SOS Villa María. Sin embargo, nunca le perdieron pisada a los conducidos por Fabián Armoa.
Mientras tanto, la liga presentó otro “parate”. Esta vez para la celebración del Torneo Súper 8. El Coloso de Parque Luro fue la sede del mismo. Los locales desplegaron su mejor juego, con una importante participación de los jóvenes, y se quedaron con el título ante su gente luego de vencer a Drean Bolívar 3-0 en el choque decisivo.
La envión anímica de su primer logro derivó en un gran cierre de la fase regular. Con sólo una fecha por disputarse, Buenos Aires contaba con la posibilidad de arrebatarle el nº1 a UPCN. Y así fue. Los de Kantor volvieron a ganarle 3-0 al tetracampeón y los sanjuaninos especularon y cedieron dos parciales en Tucumán, para justamente evitar un hipotético cruce con los bolivarenses en semifinales.
Buenos Aires Unidos clasificó a los play offs como el mejor ubicado. Con misma cantidad de unidades que UPCN (52 pts), pero con el mejor récord: 19 triunfos y 3 derrotas. Su rival en los cuartos de final fue el laborioso PSM Voley. Los santafesinos exigieron más de la cuenta en Mar del Plata, cotejos en los que se llevaron el primer “chico”, pero lógicamente perdieron 3-1 en ambas ocasiones. Y en el Gimnasio del Club Paraná (Puerto General San Martín), como lo exigía la cita, los de Kantor no dejaron jugar a su oponente y cerraron la serie con un contundente 3-0.
El destino volvió a cruzar en el camino a Buenos Aires Unidos y Drean Bolívar, en un cruce picante, por ciertos “rencores” entre los protagonistas que crearon un clima de “clásico” en las tribunas. “El Celeste” empezó mejor con un 3-2 en Mar del Plata. Buenos Aires Unidos, al igual que cada vez que se sintió exigido, reaccionó e igualó con un cómodo 3-0. En el República de Venezuela, la visita puso a Bolívar en jaque, tras un gran triunfo 3-1. Pero “Las Águilas” no bajaron las alas. Demostraron la jerarquía de su plantel y justificaron por qué han ganado las últimas cuatro ligas –y repetirán nuevamente en esta oportunidad-. Se impusieron 3-0 en el cuarto juego y dieron el golpe con una histórica victoria 3-1 en el quinto partido en Once Unidos –en una de las series más apasionantes de los últimos años-.
Si bien el equipo realizó una gran campaña, el plantel concluyó con un sabor amargo su participación en la temporada 2010/2011. Drean Bolívar –rival al cual los marplatenses vencieron en seis de las nueve veces que se enfrentaron- frenó el sueño “naranja y negro”. Marcos Milinkovic, a puro corazón y garra, puso en riesgo el final de su carrera al jugar ese último cotejo con un pequeño desgarro en el tendón de su rodilla izquierda. El público local interpretó su esfuerzo y el de todos sus compañeros y reconoció al equipo de pie con aplausos.
El primer capítulo del proyecto Buenos Aires Unidos ha terminado. Con alegrías y tristezas. Con buenas y otras no tanto. Con logros y ¿fracasos? -quien escribe estas líneas no considera un fracaso la eliminación en semifinales en manos de Bolívar-. Con muchos puntos positivos que han alimentado este proyecto como la gran concurrencia al estadio en los play offs, el aumento de chicos/as que practican voley en la ciudad, la posibilidad de que se incrementen la cantidad de clubes que dicten clases de voleibol y el provecho que los jóvenes de la zona -y la provincia en general- pueden sacar de las clínicas brindadas por los profesionales que integran el plantel. Aún resta mucho trabajo. Pero es el camino indicado.
Esta historia continuará.